El agua, la salud y los incendios forestales ante el cambio climático, fueron una parte de los temas abordados en la reunión
El pasado miércoles 18 de enero, se celebró en el municipio de en Tamurejo la segunda reunión del mapa de agentes del proyecto “Diagnóstico y desarrollo de actuaciones de adaptación al cambio climático en la zona rural a revitalizar de la Serena y la Siberia: espacios verdes y energía” (ADAPTA – LOCAL)” que ejecuta el Área de Desarrollo Sostenible de Diputación de Badajoz con el apoyo del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente a través de la Fundación Biodiversidad.
Después de haber estado analizando el territorio, junto al público asistente, y considerando las amenazas climáticas que suponen una vulnerabilidad en el territorio, se estuvo trabajando especialmente en aspectos que tienen que ver con la disponibilidad y acceso al agua potable y la calidad de la misma, con la salud de las personas y con los incendios forestales.
En grupo, se estuvo realizando un análisis DAFO de los municipios de Siruela y Tamurejo respecto a esos tres temas clave. ¿Existen zonas en los municipios que habitualmente se inundan? ¿Se hace un uso racional del agua? ¿Se tiene acceso a agua de calidad? ¿Se suelen realizar restricciones? ¿Existen fuentes de agua potable distribuidas por las localidades? ¿Se cuenta con una población muy envejecida? Ante olas de calor, ¿existen protocolos de actuación en los municipios? ¿Cómo están los municipios respecto a zonas de sombra? Y, ¿los colegios y centros de mayores? ¿Se hace una selvicultura preventiva en las zonas naturales de las inmediaciones de los municipios? ¿Se produce la regeneración de las dehesas comunales? ¿Cuál es el estado de nuestras dehesas? ¿Cómo de áridos están los suelos? ¿Se han producido episodios extremos en los municipios, lluvias, olas de calor, …? ¿La despoblación de los municipios se está produciendo a gran velocidad? ¿La población es activa? ¿Existe cultura del asociacionismo? Éstas, entre otras, fueron algunas de las preguntas a las que cada uno de los grupos fue dando respuesta.
Entre los asistentes, se contó con representantes del Observatorio de Cambio Climático de la Junta de Extremadura, técnicos del servicio forestal, técnicos de aguas residuales y potabilización de PROMEDIO, representantes de asociaciones juveniles, de jubilados, de conservación de la naturaleza, culturales, de AMPAS de colegios de la zona así como profesorado, técnicos urbanísticos municipales, profesionales de la empresa privada – dos estudios de arquitectura, propietaria de casa rural -, así como representantes de la Mancomunidad, el CEDER de la Siberia y de las universidades populares
Otras actuaciones paralelas
Paralelamente al desarrollo y redacción de los planes de adaptación al cambio climático, se realizaron consultas a expertos. Se tuvo la oportunidad de tener una entrevista con Marcelino Núñez, Delegado Territorial en Extremadura de la Agencia Estatal de Meteorología desde el año 2012. Ante la pregunta sobre el posicionamiento de AEMET respecto al cambio climático comentó que el calentamiento del sistema climático es inequívoco, y es un fenómeno planetario. Desde 1950 se han observado cambios en el sistema climático que no tienen precedente, tanto si se comparan con registros históricos observacionales, que datan de mediados del siglo XIX, como si se comparan con registros paleoclimáticos referidos a los últimos milenios. La atmósfera y los océanos se han calentado. La cantidad y extensión de las masas de hielo y nieve han disminuido. El nivel del mar ha subido. Las concentraciones de gases de efecto invernadero han aumentado.
Respecto a las repercusiones que se esperaba que tenga el cambio climático en Extremadura, Marcelino señaló que podemos encontrar que para el 2025, según los escenarios que propone el IPCC en su informe AR5, y según el proceso de regionalización que han realizado en AEMET, tendríamos aumentos de la temperatura máxima media anual cercanos a los 1.5 ºC, y un aumento de la duración media de las olas de calor, que pasarán de ser de unos 5 o 6 días en la actualidad a unos 8 o 9 días.
Todo esto dependiendo del escenario en el que nos movamos, que va a depender del compromiso a cambiar el modo de vida y el modelo energético que adopten los ciudadanos y los gobiernos.
Las repercusiones serán importantes, y alguna idea de ellas ya nos vamos haciendo: el 2017 ha sido, en Extremadura, el año más caluroso de los últimos 37 años; las olas de calor han hecho presencia el pasado verano en junio, y desafortunadamente hubo que lamentar desgracias personales, algo que tampoco es nuevo en esta Región.
Las acciones que podríamos tomar todos son la concienciación global hacia los acuerdos internacionales y los cambios de modelos energéticos por un lado, y por otro a más largo plazo, tomar conciencia de que en esas situaciones extremas hay que ser muy muy precavidos. No se puede hacer “lo que se viene haciendo toda la vida”, hay que seguir al pie de la letra las recomendaciones de Protección Civil.
Fruto de los trabajos técnicos, se han desarrollado dos planes locales de adaptación al cambio climático para dichos municipios y una guía metodológica sobre el “cómo se hace” para que otras localidades puedan replicar y poner en marcha planes de adaptación que les permitan anticiparse a las consecuencias previstas de aumento de temperatura, disminución de precipitaciones y aumento de frecuencia de eventos extremos, como sequías, olas de calor, lluvias torrenciales, etc.
Además, se han implementado una serie de medidas de adaptación en el territorio, relacionadas, prioritariamente, con zonas verdes y energía que se identificarán tras haber analizado toda la información recopilada. Se prevé, asimismo, la celebración de dos talleres de sensibilización y una jornada final de presentación de resultados.